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sábado, 14 de octubre de 2017

Fotos Inauguración 100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE. VISIONES DESDE EL ARTE ACTUAL.VALENCIA.

EXPOSICIÓN

100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE. 
VISIONES DESDE EL ARTE ACTUAL.

"El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma.”
 Bertolt Brecht 




100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego

Fotos de la inauguración:

Octubre Centre de Cultura Contemporània de Valencia con la colaboración del Centro Ruso de Ciencia y Cultura de Madrid exposición, en la que participan diez artistas, cuya obra revisita los acontecimientos de octubre de 1917, desde una óptica plural y desde una perspectiva contemporánea pero también histórica.

viernes, 13 de octubre de 2017

Artistas:

Democracia
Emilio Gallego
Carlos García-Alix
Núria Güel
Diana Larrea
Arturo Marián Llanos
Levi Orta
Natalia Pastor
Raquel Puerta
Rafael Tormo i Cuenca





100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego







100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego

Emilio Gallego foto


100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego


Emilio Gallego foto


100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego




100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego




100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego






100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego





100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego






100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego


100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego




100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego

100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego

100 años de la revolución de octubre. visiones desde el arte actual. Emilio Gallego

PRENSA:


La Mujer Nueva. Texto de Susana Carro Fernández, para la exposición:100 años de la Revolución de Octubre. Visiones desde el arte actual.




LA MUJER NUEVA 

Susana Carro Fernández, Doctora en filosofía.


En unas pocas generaciones la Rusia de finales del siglo XIX recorrió el paso de la experiencia zarista a la conmoción bolchevique conquistando esperanzas y cosechando frustraciones. En este periodo combustible y trémulo la literatura rusa se convirtió en espejo de la comunidad y de los sujetos que la conformaban, a veces brutales, a veces piadosos, pero siempre lúcidos bajo la pluma de Biely, Bulgákov, Babel o Maiakovski. Entre la nómina de autores no suelen citarse escritoras pero conocemos sus retratos, las fotografías muestran que eran mujeres muy reales y esas imágenes las desalojan del limbo en el que habían vivido sus antepasadas. 


De entre todas esas imágenes las de Alexandra Mijáilovna Domontovich. Disponemos de instantáneas de su infancia y primera juventud, el entonces lujo del retrato era algo al alcance del matrimonio formado por Mikhail Alekseevich y Alexandra Androvna. El general del ejército imperial ruso y la hija del rico comerciante de maderas finés disponían de una finca donde pasar el verano alejados de la capital imperial del zar, San Petersburgo. Y es allí, en Karelia, donde la joven Alexandra fue fotografiada con un libro entre sus manos; el hermoso recodo de un jardín como lugar buscado para una instantánea que nos habla de sus hábitos estivales. En aquella Rusia decimonónica en la que sólo una de cada trescientas muchachas tenía acceso a la educación media1, Alexandra dispuso de un instructor particular y estudió literatura con Victor Ostrogorskii. Entre sus lecturas estivales podemos adivinar a Dostoievski y Tolstoi pero también a Gorki o Chéjov ya entonces reconocido como un joven y brillante escritor. Las páginas de Historias del difunto Iván Petróvich Belkin, Un héroe de nuestro tiempo Almas muertas, , Padres e hijos, Los demonios, Guerra y paz y Tío Vania, hablaron a Alexandra sobre Belkin, Pechorin, Chíchikov, Basarov, Stavrogin, Bolkonski, Serebriakov, personajes que, probablemente, la conmocionaron e interrogaron al igual que nos conmocionan e interrogan aún a día de hoy. Pero ¿y las heroínas? Cuando en 1918 escriba La nueva moral y la clase obrera, Alexandra responderá del modo siguiente: 


«La literatura, a la par que se perfeccionaba, que se desarrollaba, que buscaba nuevas obstinadamente nuevas criaturas erradas, abandonadas, dolorosas, esposas ávidas de venganza, seductoras alimañas, naturalezas incomprendidas y abúlicas, puras, incoloras, atractivas muchachitas»2 


A juicio de Kollontai sólo Turgueniev en su poema en prosa dedicado a la muchacha rusa, «se inclina ante la emocionante silueta de quien se ha atrevido a franquear el umbral de lo sagrado». En el resto de la literatura se repiten los estereotipos de la feminidad en cinco versiones distintas que Kollontai clasificará así: las encantadoras y puras jovencitas que suelen contraer matrimonio al final de la novela, las esposas resignadas, las casadas adulteras, las solteronas y las “sacerdotisas del amor” o prostitutas3. Las cinco versiones, aparentemente dispares, no son mas que distintas lecturas de un principio común: la mujer queda definida socialmente por su relación social o sentimental con el varón. Podemos aventurar cómo la joven Alexandra empieza a captar que arte y literatura son los medios en los que la cultura se representa y expresa a sí misma, incluyendo en esa representación los prejuicios que la hacen ciega a la mujer nueva. Los mayores talentos del siglo XIX, afirmará la autora, «no sintieron la necesidad de sustituir la atractiva gracia de sus heroínas por las características que anunciaban a la mujer nueva en formación»4 


Desde luego esa mujer nueva en formación ya existía en Alexandra cuando en 1895 y en contra de los deseos de sus padres, se casó con su primo Vladimir Ludvigovich Kollontai, oficial del ejército. El patronímico del esposo acompañará a Alexandra de por vida pero sus vínculos matrimoniales quedarán disueltos tras el nacimiento de su hijo Mikhail. A los 26 años Alexandra, ya Kollontai, dejará atrás su vida matrimonial y su hijo para estudiar economía política en Zurich. Había leído a Marx y Lenin, se familiarizó con las ideas de Karl Kautsky y Rosa Luxemburg, vivió la masacre del Domingo Sangriento en San Petersburgo, padeció el exilio y viajó por Europa dando conferencias, se unió a los bolcheviques, fue asistente de Lenin, regresó a San Petersburgo y sufrió arresto junto con Lev Trotsky; aún permanecía prisionera cuando se convirtió en la primera mujer elegida como miembro del Comité Central del partido Bolchevique. «La mujer nueva está aquí, existe», utilizamos la voz de Kollontai para señalarla a ella, pero Kollontai no se autonombra sino que apela a «la obrera, la científica, la modesta oficinista y la artista brillante». Ya la conocéis, añadirá Kollontai, estáis acostumbrados a encontrarla a todos los niveles de la escala social. 


La mujer nueva será en parte consecuencia de la evolución de las relaciones de producción y de la incorporación de su fuerza de trabajo al trabajo asalariado. Pero a esta condición, ha de añadirse la conquista de la socialización del trabajo doméstico, la nueva concepción de la maternidad de las mujeres trabajadoras y la revolución de la vida cotidiana y de las costumbres a través del cambio en la ideología del amor. Ciento siete años después de que Alexandra Kollontai escribiera Los fundamentos sociales de la cuestión femenina estos tres últimos propósitos siguen siendo, en el mejor de los casos, propósitos pero aún no realidades. Si bien es cierto que la independencia material de las mujeres a través del acceso al mercado laboral ha sido tónica generalizada en la bonanza económica del siglo XXI occidental, la dependencia emocional y sentimental continúa alentando los sentimientos atávicos de los celos, el abandono, la soledad (porque nuestra sociedad dice de una mujer sin pareja que “está sola”), el sacrificio y la entrega en pos de quienes conforman nuestro universo emocional. Sospechaba Kollontai que la ideología del capitalismo industrial se conjugaba bien con aquel imperio emocional y utilizaba en beneficio del mismo otros aspectos del amor romántico como el individualismo, la privacidad, la familia nuclear, la separación de las esferas según el género... A pesar de la lucha de la bolchevique, es la ideología del capital la que ha perdurado y lo ha hecho acompañada del código simbólico del amor romántico dando una vuelta de tuerca mas: la experiencia romántica se transfigura en prácticas económicas como la romantización de los bienes de consumo o la mercantilización del romance. Prácticamente imposible escapar al universo simbólico del romanticismo que, a juicio de la socióloga Eva Illouz5, sigue determinando conductas que hacen difícil conciliar el amor con la mujer nueva. 


Mirad en torno vuestro, dirá Alexandra ya en su madurez, «observad, meditad y os convenceréis: la mujer nueva está aquí, existe». Y para demostrarlo la relata en La bolchevique enamorada, una novela de propaganda comunista, sin pretensiones de estilo, austera en recursos... Pero, a pesar de su mediocridad formal, las andanzas de Vassilissa, alter ego de Alexandra Kollontai, en pos de la mujer nueva mantienen alerta hasta el final. Tras cerrar la novela busco a esa mujer pero encuentro, sobre todo, enamoradas postmodernas de clase media que enfrentan en sí mismas la ironía postfreudiana y el escepticismo postmarxista con sus conductas románticas. El permanente conflicto interior de muchas mujeres para conciliar amor e identidad sigue presente en nuestros días y la literatura lo expresa a través de cientos de personajes femeninos. Por citar solo uno, Alice, la protagonista de La buena terrorista de Doris Lessing. Entre Vassilissa y Alice miles de páginas escritas y cientos de hechos vividos pero una idea de amor pendiente de revisar, tal vez las tardes estivales sean un buen momento para leer y asimilar que aplazar la construcción de la mujer nueva significa aplazar una sociedad mejor. 


1 FUNES , Bárbara: Historias de Mujeres que hicieron Historia en Luchadoras. Buenos Aires, Ediciones del IPS, 2006.
2 KOLLONTAI, Alexandra: La nueva moral y la clase obrera en Marxismo y revolución sexual Madrid, Castellote, 1976. 3 KOLLONTAI, Alexandra: Las bases sociales de la cuestión femenina en La nueva moral y la clase obrera en Marxismo y revolución sexual Madrid, Castellote, 1976. 4 KOLLONTAI, Alexandra: La mujer nueva y la moral sexual Madrid, Ayuso, 1977,. 
5 ILLOUZ, Eva: El consumo de la utopía romántica. Barcelona, 2003, Katz editores. 



Emilio Gallego

Texto para el catálogo de la exposición:

100 años de la Revolución de Octubre. Visiones desde el arte actual.
Octubre Centre de Cultura Contemporània.
( C/ San Ferran, 12. Valencia)
Del 13 de octubre al 8 de noviembre de 2017.

Democracia, Emilio Gallego, Carlos García-Alix, Núria Güel, Diana Larrea, Arturo Marián Llanos, Levi Orta, Natalia Pastor, Raquel Puerta, Rafael Tormo i Cuenca

viernes, 22 de mayo de 2009

Charley Case en La Parpalló



Instalación + Retrospectiva de Vídeo
Charley Case. "Descuadratura"
21 de mayo al 6 de septiembre
Sala Parpalló
Valencia



Artista multidisciplinar. Ampliamente conocido por su trabajo de ilustrador, como el realizado para los periódicos The Guardian y Le Soir, y por su obra gráfica, indisociable de sus trabajos en vídeo, fotografía, performance e instalaciones. Toda su obra está caracterizada por su preocupación por la humanidad y por la relación entre sistemas (vida, ecosistema, político/social, etcétera). Su vida como nómada le convierte en un cronista de su época ya que dibuja, fotografía y filma todo cuanto ve, experimenta y siente, realizando un trabajo lleno de compromiso social con un sello muy personal, que aporta a sus documentos una mirada lúcida y poética.La Sala Parpalló ha programado una exposición compuesta de una retrospectiva de los trabajos en vídeo de Charley Case que, bajo el título Las 4 Estaciones, recoge 22 obras desde los años 90 hasta la actualidad y que se complementa con una instalación titulada Descuadratura compuesta de una videoinstalación, cajas de luz y pintura al suelo.

lunes, 9 de febrero de 2009

De las que tocan el alma. Exposición de Alberto García-Alix

"DE DONDE NO SE VUELVE".


MNCARS Reina Sofía hasta el 23 de febrero.

Me ha costado escribir sobre esta exposición, siendo una de las que más me ha impactado desde hace mucho tiempo. Me explico, de Alberto Garcia-Alix he visto muchísimas de sus fotos y videos. La última vez que estuve con él fué aquí en Valencia, donde vino a exponer junto a Carlos, su hermano pintor, con el que tantas cosas compartí hace ya tiempo. Conozco a esa familia al completo desde hace mas de 30 años (glup!), incluido al que ya no está, Guillermo (que la tierra te sea leve hermano). Me tocó vivir esa época, en ocasiones junto al alguno de ellos, y en esa exposición hay fotos de muchos amigos y conocidos, algunos de los cuales, como digo, ya no están entre nosotros.


Me hace gracia oir hablar de la movida madrileña a gente que no la conoció en su día, o la conoció de visita de fin de semana. Muchas veces incluso sus protagonistas son propensos a la mitificación. La movida tuvo una gran parte cutre y extrema que rara vez veo reflejada en esos comentarios o en sus productos mas conocidos hoy en día, películas, musica y demás; sinceramente, glamour no había, creo que no sabíamos ni lo que significaba esa palabra, aunque a lo mejor ahora parezca que sí. Fué, según la viví yo de primera mano y de principio a fín, una explosión extrema de libertad y de creatividad en todos los sentidos. No conocíamos límites y allá nos metimos sin ninguna precaución, generalmente la gente más inquieta y con mas cosas que decir. Alberto es un verdadero superviviente, un tipo de los buenos, de los que siempre te encontrabas en cualquier salida interesante que hicieras. Es alguien que se mete en las cosas hasta la médula, incluso con ese puntito macarra que le gusta exhibir. Alberto es un símbolo que, con su exposición en el Reina Sofía, (¡quien lo iba a pensar entonces, en el reina!), nos compensa un poco a todos los que vivimos ese momento, si bien he de decir que creo que es la exposición de la que he salido con más sentimiento de frustración y rabia de mi vida. Seguro que él lo entiendería.

Y ahí quería llegar, Alberto Garcia-Alix, refleja como nadie, una actitud de rebeldia, a la vez que una forma completamente honesta de sumergirse en las cosas. Alberto mira de frente y no es fácil aguantar esa mirada que no se conforma con la mera apariencia. Él quiere siempre más y no está dispuesto a ceder. A la vez, está a la altura de lo que mira, ni por arriba ni por abajo.

Esa forma de mirar, típica de ese momento que va de la transición al final de la movida madrileña, nos clava contra la pared a muchos de los que andabamos por allí y sobre todo a los que no estaban. No sería la transición de políticos profesionales que parece que lo hicieron todo cuando no es verdad; esos políticos sólo son los que supieron salir en el momento adecuado, en la calle había otros que no figuran, no son los de los reportajes, fascículos, y propaganda en general que hoy se editan sobre ese momento. Con la movida, no tan exageradamente pero pasa lo mismo. Menos mal que nos queda Alberto. Gracias. No dejéis pasar esta exposición si queréis comprobar lo que os cuento. Nunca un artista ha reflejado algo tan cercano para mi como lo hace éste fotógrafo. Es algo que me recuerda unos momentos extremadamente locos y divertidos, muy dolorosos también, pero de verdad, cercanos y reales.

(Todas las fotografias tienen copyright por Garcia-Alix)