"Ofrendo": intervención realizada por Emilio Gallego e Inmaculada Abarca en el taller Germinaciones, diálogos de arte y ecología, impartido por Lucia Loren y organizado por CIAE (UPV). Coordinado por Chiara Sgaramella y Silvia Molinero.
"Ofrendo", trata de buscar un camino de reencuentros en la esencia, recorriendo distintas sendas, sin excluir accidentes y heridas en la naturaleza, huyendo de un lenguaje y una configuración formal de obra, en esa búsqueda de principio descartada, de un resultado concreto. En esta intervención, lo casual-consciente, trata de manifestarse como oportunidad de diálogo en un entorno tan protegido como es un jardín botánico (templo de investigación, naturaleza, conservación y museo a la vez). En la acción, se usó harina -semilla de trigo molida, alimento esencial para la humanidad-, a modo de ofrenda y agradecimiento, una sustancia vital para establecer una conexión vital. Además, construimos un dispositivo creado con corteza de palmera, caña de bambú y cuerda, que generaba el rastro de esa búsqueda, dispensando la harina, haciendo de objeto "intermedio" (¿una especie de embudo entre lo sagrado y lo humano?), construido pero con lo encontrado, restos de la naturaleza del jardín, utilizando la naturaleza de medio-medium para tratar reencontrarla en otras dimensiones y otros caminos posibles. El resultado, es un rastro, aparentemente inconexo pero con una gran carga de relaciones, un camino que de ser recorrido, como poco no nos llevaría ni mucho menos, a hallar las grandes avenidas del utilitarismo mercantilista de la riqueza del medio, que tanto daño nos está haciendo.
Inmaculada y yo compartimos todo el proceso, en otro diálogo muy interesante. Ella aportó además, sus intervenciones de pináculos arcillosos (o negativos de ombligos, como creí entender), en lugares señalados que yo aproveché para recorrer, sirviéndome de orientación, como no, un ombligo, la madre conexión.
Estos pequeños elementos, de arcilla blanca, adheridos a multitud de lugares del jardín, recordaban accidentes, rincones singulares, generando espacios y estableciendo diálogos enigmáticos y fructíferos, dotados de una inquietante belleza. Su idea, basada también en la esencia, en lo mínimo y el respeto, me cautivó.
Para finalizar este comentario, el agradecimiento a Lucía y a todo el equipo que crearon un taller interesantísimo y necesario, un placer.
Emilio Gallego, 15 de mayo de 2013.
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